28 junio 2017

El rey y el gobierno siguen sin reconocer a los auténticos héroes de nuestra democracia

¡Qué tristeza! ¡Otra oportunidad perdida! Hoy en un acto solemne se celebraba, en el Congreso de los Diputados, un homenaje a las primeras elecciones democráticas de 1977. Y, sin embargo, ni el rey Felipe ni la presidenta del Congreso han citado a quienes, jugándose la vida –algunos la perdieron y otros fueron represaliados salvajemente—, lucharon contra la dictadura franquista.

En el Congreso han estado los diputados de las primeras elecciones. El acto ha sido presidido por el rey Felipe VI, quién se ha limitado a denominar al franquismo como dictadura que condujo a una inmensa tragedia. Su padre nunca lo condenó, es más, fue nombrado rey por el mismo Franco, al que Juan Carlos I tenía devoción.

Poco le hubiera costado al rey haber nombrado a las víctimas del franquismo que fueron, en definitiva, los verdaderos impulsores del cambio de régimen, jugándose su vida en el envite. Bastaba una simple frase. Pero no, en el discurso real ha parecido que en 1977 la democracia surgió por sorpresa y se puso en marcha gracias a unos hombres y mujeres que estaban en el Parlamento. Lo cual, es injusto y parcialmente falso. En primer lugar por el olvido que he anunciado, pero además porque muchos, de los que allí estaban, jugaban a la democracia con el fin de salir airosos de tiempos oscuros donde ellos habían participado, directa o indirectamente, en las tropelías de la dictadura.

Hoy todos los congresistas de 1977 han sido condecorados. Todos. Incluso aquellos que jugaron a pasarse al bando democrático mientras cometían delitos propios de la continuación del franquismo. Recordemos un claro ejemplo, en 1976, con motivo de una huelga fueron asesinados en una iglesia de Vitoria cinco trabajadores y los disparos de la policía causaron 150 heridos. Pues bien, el responsable político de esa masacre, Rodolfo Martín Villa, hoy ha sido homenajeado y condecorado por ser diputado en 1977. Mientras, sus víctimas y todos los que han representado el verdadero motor de la transición, muchos de ellos víctimas del franquismo, no han sido siquiera mencionados.

Martín Villa fue un personaje político con claras connivencias con el franquismo, de donde venía, lo que confirma su actuación en los sucesos de Vitoria, el más grave protagonizado por la policía después de la muerte del dictador. Pero no sólo eso, fue capaz de condecorar a Billy el Niño, el policía más torturador de los últimos años del franquismo, a sabiendas de que fueron muchos los hombres y mujeres que pasaron por sus salvajes manos en la antigua Dirección General de Seguridad.

Martín Villa ha sido reclamado por la jueza argentina María Servini por considerarle responsable de la represión de Vitoria, quien le imputa el delito de crimen de lesa humanidad, en aras del principio de jurisdicción universal. Naturalmente, el gobierno español, cómplice del exministro ha negado la extradición que ha pedido la jueza.

Ésta es también parte de nuestra historia. La que muchos todavía quieren ocultar. Ignoran a los verdaderos héroes y glorifican a criminales reclamados por la Justicia Universal. Esta es la democracia que todavía hoy defiende a energúmenos como Billy el Niño o al propio exministro.

No es posible pasar página, mientras que sucedan estos olvidos voluntarios que cercenan nuestra historia de forma interesada. Los verdaderos artífices de que hoy no seamos una dictadura fueron aquellos que lucharon contra Franco, aunque en ellos a muchos les fue la vida y otros quedaron marcados para siempre.

Nuestra democracia seguirá coja sin VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN PARA LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO FRANQUISTA

Salud y República

3 comentarios:

Genín dijo...

Con este tema, se diga lo que se diga, se haga lo que se haga, nunca estaremos todos de acuerdo, por eso admiro tanto a los rojos y azules que participaron de la transición y fueron capaces de crear una Constitución que dura hasta ahora sin darnos de hostias de nuevo una mitad de España con la otra.
Y al Cesar lo que es del Cesar, personalmente, Juan Carlos l nunca tragó a Franco ni a los franquistas, la prueba es que aún Franco en vida ya estaba conspirando y al morir tardó poquito en patrocinar el cambio con Suarez, el lo que siempre quiso fue asegurarse el chollo para el y su familia para siempre, caiga quien caiga :)
Salud

Pilar Abalorios dijo...

Quizás una oportunidad perdida, porque quienes aún guardan memoria viva no pueden esperar otros cuarenta años.
Sin recuerdos claros y limpios, sin memoria, no hay futuro.

RGAlmazán dijo...

Querido Genín, pues qué lástima que esa Constitución que se votó en un momento difícil la hayan alargado durante 40 años. No se cumplen algunos de sus puntos, otros están obsoletos y otros hay que cambiarlos. Es una Constitución apagada que no ha votado la gran mayoría de la población española y que está fuera del tiempo que vivimos.

Por cierto, Juan Carlos, según sus propias declaraciones, no permitía que nadie criticara a su caudillo, y ha dejado una orden de que en la tumba del dictador, en el Valle de los Caídos, siempre haya flores frescas. Si eso es odiar al dictador, por cierto que fue quien le nombró rey de España, que venga el mismo Franco y lo diga.

Salud, amigo