17 abril 2017

Rodrigo Rato: Como ministro un fistro, como ladrón un jabato

Ese que robó un rato. El que hace rato que tenía que estar en la cárcel, el que desempeñó sus funciones de vicepresidente del gobierno y director del FMI a ratos perdidos, mientras desarrollaba su labor importante: forrarse indignamente o robar ignominiosamente.

El siempre amado y bien ponderado y apodado: “Autor del milagro español” era un ladrón de guante blanco y de vergüenza negra, de cuello blanco y manos negras. Y eso que no hacía sino animar a la gente para que contribuyesen a Hacienda dentro de la ley, y criticaba a los que no lo hacían. Esto se llama hacer una autocrítica, lástima que entonces no supusiéramos que se refería a sí mismo.

Había que ver como defendían a D. Rodrigo, el Cid Campeón del PP, personajes de distinta calaña dentro de su partido, cuando se empezó a saber sobre sus actividades corruptas. Desde Rajoy o Aznar a Espe Aguirre, pasando por Cospedal, Javier Arenas y un sinfín de altos y bajos cargos del PP. Lo que hace suponer que, o bien les engañó a todos, o sabían lo que ocurría y callaban a saber por qué.

Y ahora callan. Porque este individuo de familia bien, rico de nacimiento y que tenía una herencia muy estimable –no me refiero solo a la pasta de las empresas de su familia, también a que su padre, claro ejemplo a seguir, estuvo en la cárcel por oscuros asuntos financieros--, resulta que siendo vicepresidente del gobierno y director-gerente del FMI, según la UCO, ya robaba, escondía millones en sociedades off-share de paraísos fiscales y creo empresas que se beneficiaron de las empresas que él mismo privatizó.

Habría que preguntarle a D. Mariano, por qué apoyó la entrada de Rato en Bankia, cuando sabía que salió a la fuerza del FMI –le habían descubierto, días antes de la dimisión, sus juegos de artificio financieros--. Pero claro, ahora es la hora de callar.

Ayer: el hombre del milagro español, hoy: el corrupto por excelencia. Ahora todos callan, sus amigos agachan la cabeza cuando les preguntan por él. Aquella defensa a ultranza se ha convertido en bochorno. Se ha hecho indefendible, y callan y atraviesan deprisa, y con desparpajo, la jungla de la corrupción de su mano como si fuera un paraje exótico.

Dicen que Cospedal mandó mantener la bandera española a media asta como conmemoración de la muerte de Jesucristo, esta Semana Santa. No lo creo, lo hizo en honor a la caída de su buen amado compañero Rodrigo.

Siempre dije que lo del “milagro español” había sido un espejismo. No hubo tal, hubo dos factores que provocaron que el PIB subiera y se disminuyera la deuda. Dos factores negativos que lo provocaron. Uno, la venta a precio basura de la mayoría de empresas públicas que quedaban, y dos, la ley del suelo nueva que fue la que en poco tiempo provocó esa burbuja inmobiliaria que tanto daño nos ha hecho.

Pues bien, si además de haber gobernado de forma soez y fácil, apuntalando nuestra futura crisis, resulta que ha terminado de hundir Bankia, que ha utilizado las tarjetas black, que ha alargado la agonía de los preferentistas, y que ejerciendo sus altos cargos políticos ha metido la mano para llenarse los bolsillos, ya me dirán qué tiene este tipejo de genio económico. Ha sido un desastre, un verdadero dislate para la economía española y además un ladrón que se aprovechó de sus cargos para enriquecerse más. Vamos, otro ejemplo pepero a seguir.

Salud y República

2 comentarios:

Genín dijo...

Le quedaría mucho mejor que le quitaran la o y lo dejaran simplemente en rata, así, con minúscula, y con perdón de los pobres bichos que se avergonzarían de llevar su nombre...
Salud

Antonio dijo...

Estamos en un pais jodido, roto y mediocre. ¿Cómo es posible que la conciencia colectiva no colapse y saquemos a esta pandilla de chorizos, por acción u omisión, del gobierno?
Lástima de esta España heredada del pasado dictatorial, que se alimentó ideológicamente del siglo XIX, eternizando la disputa entre Viva la Libertad y Vivan las caenas.