09 febrero 2016

A Rita, Rita, Rita, el aforamiento no se le quita

Rita es mucho Rita. No hay nada más que ver cómo la han ensalzado todos los popes del Partido Popular. Una exageración: desde el “I love you”, del ‘internacional’ Alfonso Rus, al “Yo te quiero Rita” del amoroso Mariano Rajoy, pasando por el “Eres la mejor” de Cospedalia S.A. o el “eras el ejemplo de mi madre de la resabiada Saenz de Santamaría y tantos piropos más de otros insignes peperos.

Pero claro, ante la evidencia de lo que se avecinaba había que salvar a la soldada Rita, y cuando perdió el ayuntamiento de Valencia no se la podía dejar desamparada, había que protegerla y qué mejor que regalarle un escaño en el Senado –un escaño nombrado a dedo por el partido, que no fue ganado por votos— para que pudiera estar aforada y así obstaculizar su posible procesamiento.

Hay que recordar que hoy hay cerca de 10.000 personas en España, de los que más de 2.000 son políticos. Una barbaridad si se compara con otros países de nuestro entorno, donde en países importantes (Alemania y Reino Unido) no tienen ni un aforado o como mucho (Francia) están aforados el Presidente de la República y el gobierno. Pero claro, no se compara con otros países, porque la comparación más que odiosa es insoportable.

Pues bien, ya vemos que el aforamiento sirve también para obstaculizar la labor de la Justicia. Ya se sabe que es mucho más difícil imputar a un aforado, ya que tiene inmunidad que le han de rechazar por medio de un suplicatorio y además es juzgado por un Tribunal Superior, lo que conlleva mucho más tiempo y muchos más filtros que pueden hacer que la imputación quede en el camino, o como mínimo se aplace mucho tiempo.

Volviendo a Rita, han ido más allá. No sólo la han colocado en el Senado, sino que además, hoy mismo, ha sido nombrada, por su propio partido, senadora de la comisión permanente, lo que quiere decir que en caso de elecciones, seguiría siendo senadora, con lo que prorroga su estatus de aforada más allá, puesto que la mayoría de los senadores dejan de serlo y, por tanto, pierden su aforamiento cuando se disuelven las Cortes.

Total, que Doña Rita Barberá ha sido blindada, al máximo, por su partido. De esta forma es cómo el PP entiende esa regeneración que dice que ha emprendido. ¡Hay que tener cara dura!

Ahora dirán que es normal, que es legal, que es lícito. Todo lo que quieran, pero ahí está. Cuando tendrían que haberle pedido a la susodicha el acta de senadora por su supuesta corrupción, por activa o pasiva, resulta que la premian y le colocan una coraza para protegerla contra la ira de la Justicia. Había que hacerla feliz, aunque ya vendrán tiempos peores.

Hace muchos días que Rita está escondida, detrás de su ventana, entre visillos, pero hay gente que dice que hoy su espíritu paseando por las calles de Valencia, y que iba eufórico, saltando, alegre, y entre caloret y caloret, haciendo suyo ese dicho famoso, gritaba: “A Rita, Rita, Rita, el aforamiento no se le quita”.


Salud y República

2 comentarios:

Tracy dijo...

¡Qué vergüenza!
Y todo sigue igual.

Genín dijo...

Nada nuevo, es la caradura y el pensar que los españoles somos tontos de siempre del PP...
Salud