05 enero 2016

Mas y Rajoy, como dos gotas de agua

Los medios, por lo general, se empeñan en poner en dos trincheras opuestas a los dos políticos: Mas y Rajoy. Sin embargo, entre ambos, hay muchas más similitudes que diferencias. Es más, diría que hasta esas pequeñas diferencias se complementan entre sí.

Estos dos mandatarios se han destacado por su crueldad en las medidas tomadas. Los recortes del Estado del Bienestar han sido, en ambos casos y en ambos territorios, muy similares y han llevado a Cataluña y a España a una pobreza y una desigualdad exorbitada.

Y qué decir de la corrupción. Si en el PP, personajes de primera magnitud, los tesoreros y muchos de sus dirigentes se han visto envueltos en tramas individuales y colectivas de corrupción, Convergencia no se ha quedado atrás, y tanto Rajoy como Mas han jugado un papel, como mínimo de corresponsabilidad política, sin que hayan pagado por ello. Los dos, a pesar de todo, siguen al frente de sus partidos, como si nada hubiera ocurrido.

Así es que, ambos líderes y ambos partidos, están unidos por la corrupción y los recortes. Han conseguido una desigualdad mayor que nunca. Y sin embargo parecen enemigos furibundos.


Lo que podría ser su gran diferencia, no deja de ser otra igualdad, eso sí, con un ámbito territorial distinto. Mientras que Rajoy se ha encerrado en un hermetismo nacional-español que le ha llevado a crear más nacionalistas catalanes que nunca, el gran Mas y su partido se han transformado, pasando de gran colaborador con el Estado Español con gobiernos del PSOE y el PP, a una querencia independentistas absoluta, lo que ha creado votantes del PP y de Ciudadanos (su marca blanca).

Que no nos engañen, son dos marcas con intereses complementarios. Creo que el deseo independentista de Esquerra o de la CUP es sincero, pero no creo que lo sea el de Convergencia, que históricamente ha mantenido gobiernos españoles sin el menor sonrojo y por un puñado de dádivas.

El PP y Convergència Democràtica (hoy Democràcia i Llibertad, o como quiera llamarse) son las dos caras de la misma moneda. Una moneda falsa que no hace sino ayudar a romper el país por ambos lados. Una lucha que tiene unos intereses electoralistas muy claros.

Y lo grave es que ambos partidos tienen una clac que les mantiene en el poder. Seguirán tirando cada uno de una parte de la cuerda para conseguir más electores, sin pensar que la resistencia de la cuerda no es infinita. Y luego, vendrán los lamentos.

No hay otra solución que, como dijo Iniciativa per Catalunya y Esquerra Unida hace ya tres años, y ahora Podemos, la celebración de un referendo donde el pueblo catalán exprese inequívocamente su deseo para su futuro. Todo lo demás, ganas de marear la perdiz y de conseguir, a corto plazo, réditos electoralistas.

Deseo, firmemente, que Catalunya siga formando parte de España, pero, de ninguna manera, en contra de lo que los catalanes quieran. Esa es la verdadera premisa. Lo que los catalanes deseen.

Estos dos personajes están amortizados, sin ellos no se podrá producir un cambio positivo. Lamentablemente, son una rémora, incluso para sus propios partidos, y sobre todo para este país. Si tuvieran dignidad lo que harían sería dimitir de forma inmediata, su historia les condena inexorablemente.

Dentro de poco, habrá, probablemente, elecciones en Catalunya, puede ser el comienzo de una nueva era. En España, es posible que ocurra igual. Un cambio definitivo está a la vuelta de la esquina. Apoyémoslo.


Salud y República

1 comentario:

Genín dijo...

No le dejarán ser presidente, le pondrán a Pujol que es el number 1 en mangancia, o sea, un orgullo para su nación...jajaja
Salud