01 abril 2012

160 desahucios al día en 2011

Esta crisis se ha cobrado más de tres millones de parados en cuatro años. Y lo que parece que queda, según el propio gobierno.

Este paro creado por la explosión de la burbuja inmobiliaria junto con la crisis financiera mundial ha provocado que mucha gente que, con sacrificio, se embarcaron en la compra de una vivienda, hoy, se vean con la soga al cuello por el cambio de su situación personal, ajeno a su responsabilidad.

Las hipotecas que antes se pagaban con los sueldos que se cobraban hoy no se pueden pagar estando desempleados, y de ahí que se produzcan los desahucios.

Los bancos, que en su día dieron créditos de forma fácil y distendida, hoy se quedan con las viviendas que no se pueden pagar y además, basados en la bajada de precios que han sufrido los inmuebles, en muchas ocasiones, exigen al ex-propietario la deuda pendiente.

bancos, el roto

La dación –figura por la que se cancelan todas las deudas al entregar la vivienda al banco— que existe en muchos países de nuestro entorno, aquí sólo es posible –desde hace días— si los hipotecados tienen unas condiciones económicas extremas y siempre con el beneplácito del banco. Lo que hace que sólo se pueda dar de forma muy excepcional.

Mientras, lo que se está produciendo es una cantidad desorbitada de desahucios. En el año 2011, los juzgados de este país procesaron más de 58200 expedientes de desahucio. Un 22% más que en 2010. Se trata de 160 al día.

La situación no parece cesar, al contrario, el último trimestre se ha batido el récord. Y se calcula que en 2015, se habrán ejecutado más de 700.000 desahucios, de los cuatro millones de hipotecas que se firmaron entre 2004 y 2008 (casi el 18%).

Las estadísticas no dejan de ser números, y los números son fríos, si no se les mira a su interior. En el caso de los desahucios estamos hablando de un verdadero drama. Porque debemos tener presente que en cada vivienda de esas 700.000 --o de las 160 expulsiones que se producen cada día—, vivía una familia. Una familia, a menudo con hijos, sin recursos y con una situación desesperada y cuya suerte, por desgracia, no puede ser más negra.

Mientras este drama ocurre, nuestros gobernantes no son capaces de dar salida a esta situación, a este derecho constitucional. Y miran las estadísticas como meras cifras, sin ser capaces de ver qué hay detrás. Cada vez se encuentran más insensibilizados ante la miseria que se está generando.

Seguramente arreglar el problema no es fácil, pero es posible con voluntad política y deberían ponerse a ello. Porque está claro, que tanto el ejecutivo anterior, como, sobre todo, éste, tienen otros objetivos: seguir los mandatos de sus amos, los Mercados.

Sin duda se pueden hacer cosas, por ejemplo, dedicarse a tomar medidas que sirvan para reactivar la economía, para crear empleo y no para reducir el déficit, sin más, que no hace sino contraerla, aumentar el paro y empobrecer a la mayoría de los ciudadanos. O también podrían aprobar con carácter general la dación. Bastante desgracia tiene una familia que pierde la casa para que además tenga que ser pobre de solemnidad si no quiere seguir pagando la deuda al banco.

También se podría imponer un impuesto fuerte a los bancos, responsables máximos de esta situación, por cada vivienda vacía que tengan en su poder. De esa forma se generarían ingresos que se dedicarían a la ayuda para estas familias, y, por otro lado, se empujaría a los bancos a vender las viviendas, para lo que tendrían que bajar el precio.

Y porque no crear una verdadera empresa pública de viviendas de alquiler. Donde se alquilen a precios bajos las viviendas vacías que hoy hay en nuestro país (se habla de tres millones de viviendas vacías, de las que más de doscientas mil son propiedad de los bancos)

En fin, se podría hacer algo más que mirar las cifras y fingir que se lamenta lo que ocurre. El movimiento se demuestra andando, y eso lo sabe bien este gobierno, que en cien días ha sido capaz de que la CEOE alcance las más altas cotas de felicidad y hoy se encuentre en el paraíso.

Salud y República

8 comentarios:

Dilaida dijo...

Se podrían hacer tantas cosas que no hacen, ni tienen pensado hacerlas.
Los presupuestos recortan en enseñanza, en sanidad,... y mientras sale Feijóo en la Galega diciendo que el AVE es sagrado para Galicia y el gobierno central ya reservó la partida.
Y yo me pregunto, sí llevamos toda la vida sin esas modernidades, no podemos esperar 10 años más o más...
¿Quiénes son los que dan los votos al PP?.
No les importa que las familias se quedan sin casas y están prometiendo el AVE, cuando el trozo que está en funcionamiento (Ourense-Santiago)no tiene pasajeros y suelen ir en el tren el conductor y algún dispistad@.
A los que mandan y tienen el poder no les interesan los "sans culottes" del siglo XXI y lo mismo que les pasó a los que mandaban en la Francia del siglo XVIII, se están equivocando. Y yo espero y deseo que sólo lo paguen ellos.
Bicos

Felipe Medina dijo...

A los banqueros y a la mayoria de los políticos les da igual este drama humano.Y más a este Gobierno que da idea de lo que es con sus PGE.

Creo que tienen la sensibilidad de la piel de un elefante,con perdón para los elefantes.

Saludos

Anónimo dijo...

Se supone que la vivienda es un derecho y como derecho que es, el estado tiene la obligación de asegurar que puedes ejercer tal derecho. ¿Dónde está el estado?

Genín dijo...

¡Animo banqueros, que seguro que podéis superaros con ayuda de los políticos de turno que no tienen lo que tendrían que tener para frenaros en seco!
Salud

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Paradojas de un sistema perverso que trastoca el valor real de las cosas con el que establece esa entelequia que llaman "mercado".
Trágico.

un abrazo.

Bernardo dijo...

Sin embargo a los promotores de la burbuja inmobiliaria, que cobraron mucho más en negro que en blanco, se les premia con una amnistía fiscal

RGAlmazán dijo...

Dilaida, ya ves cuáles son sus prioridades. Bicos

Felipe, no tienen sensibilidad. Solo para los poderosos, los demás somos carne de horca para ellos.

Esfera, esoo es lo que debería ser. El Estado está con los poderosos. Un beso.

Genín, son amiguetes, y a los amiguetes se les ayuda. El enemigo es el pueblo llano.

Así es Mónica, un beso.

Bernardo, tal cual. En vez de perseguir el fraude fiscal, les perdonan gran parte de lo que debería pagar. El delito lo convierten en un acto premiado.

Salud y República

Ciberculturalia dijo...

Acabo de leer una novela del griego Petros Márkaris, policiaca, que el trasfondo es la desesperación del pueblo griego al que le han desahuciado de forma total. No es que yo anime a los asesinatos que se dan en la novela, pero entiendo la desesperación absoluta de tantas familias.
Un beso policiaco