14 abril 2008

¡Viva la República! (I)

Hoy es un día grande, es 14 de abril. Felicidades a todos los republicanos. Hace setenta y siete años que se proclamó la II República española. Es el momento de pensar en la Tercera. Todos sabemos que llegará. Lo que no sabemos es cuando. Pero estemos seguros de que más temprano que tarde se abrirán las alamedas…



Este fin de semana he vivido un auténtico fin de semana republicano. Tanto el sábado como el domingo hemos recordado la II República y hemos homenajeado a esa generación que intentó hacer un país moderno, libre, justo y solidario.

El sábado fui al acto que organizó Memoria y Libertad. Intervinieron Luna, Fernando Olmeda, Almudena Grandes y sobre todo algunos de los supervivientes de aquella generación ejemplar, héroes que terminaron en la cárcel o en el exilio. Todos ellos recordando lo que pudo ser hermoso y a lo que no renunciamos: La República. Faltó Marcos Ana, por razones de salud, pero se leyeron algunos de sus magníficos poemas.

Tuve la ocasión de conocer a Mari Jose, la joven bloguera que me anunció el evento. Animosa y dispuesta a no cejar en su empeño por mantener viva la Memoria Histórica. También conocí a Eva, de Memoria y Libertad, que junto a Tomás, ha sido la responsable de que todo saliera perfectamente. Gracias a ambos.

Pero ahora me quiero quedar con un poema que declamó magníficamente Paquita Martín, una mujer que vivió la república y la guerra. Se titula “Las mujeres de los rojos”. Habla de la situación en que quedaron la mayoría de las mujeres después de la guerra. Viudas, solas o encarceladas y sobre todo olvidadas. Un poema emocionante cuya autora es una mujer desconocida llamada, Consuelo Ruiz:

LAS MUJERES DE LOS ROJOS

Quisiera escribir un himno
a un pobre racimo humano
las mujeres de los rojos
que en España nos quedamos,
para las que no hubo escape,
para las que no hubo barco.

Las que nos quedamos solas
con sus hijos en los brazos,
sin más sostén ni más fuerza
que el que daba el estrecharlos
como prendas de un amor
contra nuestros pechos flácidos.

Todos perdimos la guerra,
todos fuimos humillados,
pero para las mujeres
el trance fue aun más amargo.

Largas colas en Porlier
con nuestros pobres capachos.
Caminatas bajo el sol
con los pies semidescalzos.
Caminatas sobre el hielo
tiritando en los harapos.

Largas, duras caminatas
en busca de algún trabajo.
Cansancio y humillación
si lograbas encontrarlo
y si no lo conseguías,
humillación y cansancio
.
Por el pan de nuestros hijos,
siempre un combate diario.
¡Esos días siempre solas,
esos días largos, largos,
que fueron semanas, meses,
que fueron tanto, tanto
que, entre dolor y entre lágrimas,
se convirtieron en años!

Nuestros hombres en la cárcel,
nuestros hombres exiliados,
nuestros hombres cada día
cayendo como rebaños
en manos de furia ciega
de matarifes fanáticos.

Y las mujeres seguimos,
a nuestro modo luchando
y esa guerra, sólo nuestra
esa guerra la ganamos.

Los hijos de nuestros hombres
quedaron en nuestras manos
y supimos inculcarles
un culto casi sagrado
por los muertos, los ausentes,
los padres que les faltaron.

Se los pusimos de ejemplo
porque siguieran sus pasos
y logramos convencerles
de que eran buenos y honrados,
aunque en la calle, en la escuela,
les dijeran lo contrario.

Éramos pobres mujeres
y supimos elevarnos
sobre el dolor, sobre el miedo,
sobre el hambre y el fracaso
y criamos nuestros hijos
dignos de sus padres, bravos;

serios, dignos, responsables.
Los íbamos cultivando
pilares para un futuro
que aún parecía lejano
y en el que siempre creímos
con los puños apretados.

Quisiera escribir un himno,
grande, estupendo, fantástico,
de pobres mujeres débiles
con heroísmos callados,
de esfuerzos y sufrimientos
que eran el vivir diario

y, que a pesar de ello supieron,
con un esfuerzo titánico
ir manteniendo la llama
de amor al padre lejano,
al padre que estaba preso
o al que habían fusilado.

Yo quisiera a voz en grito
poder entonar un cántico
que dijera todo eso,
que bastante hemos callado.
las mujeres de los rojos
que en España nos quedamos
creemos tener, al menos,
el derecho de contarlo.

Al sábado, sucedió el domingo, y ayer como había anunciado fue la Fiesta de la República en Rivas. Una fiesta magnífica. Pero bueno, eso os lo contaré en la próxima entrada, que ésta se está haciendo larga.

Y hoy más que nunca:

Salud y República

7 comentarios:

Gracchus Babeuf dijo...

Poema emocionante.

SaiZa dijo...

Hola Rafa, ay no se ni por donde empezar a relatar el magnidico día del Sabado, pero tengo que hacerlo porque fue inolvidable y emocionante. Lastima que no te pudieras quedar, pero ya habra más ocasiones para poder charlar.
Te envio el video de paquita, donde nos emociono a todos con su fuerza al recitar tan precioso poema.
Y hoy más que nunca un
¡Viva la República!
¡¡Salud, Memoria y Libertad!!

Miguel Sánchez dijo...

Compañero:
FELIZ 14 DE ABRIL
¡A POR LA TERCERA!

Angel Adanero dijo...

Almazán hoy me ha emocionado su entrada de manera especial. Yo conocí bien de cerca a una de esas mujeres de los rojos. Era mi abuela. Tuvo la desfachatez de pensar como a otros no les gustaba que pensase. Ella y mi abuelo (Adanero donde los haya jamás) cometieron la osadía de casarse por lo civil en el año 32. Ya durante la República mucha gente en su pueblo les marcó por ese hecho y por su forma de pensar en general. Lo que les tocó pasar a partir del 36 se lo puede imaginar. Mi abuelo pasó varios años en la cárcel y la vida de mi abuela, con cinco hijos a cuestas, era exactamente igual a lo que describe Paquita Torres. Ella me contaba todas esas historias y desgraciadas vivencias cuando de pequeño cuidaba de mí.
Si, me he emocionado y mucho. Hasta alguna lagrimilla se me ha escapado. Estoy seguro que a ella le gustaría ahora que le leyese ese poema.
Muchas gracias por esta entrada.

Un saludo catorceabrilesco.

Anónimo dijo...

Gracias por tus palabras Rafa, aunque solo pude saludarte un instante, espero que haya otras ocasiones como dice Saiza.
A punto de acabarse, Feliz 14 de Abril.
Dos cosas más:
*Paquita es Martín, no Torres.
*Adanero, no serás familia de Balbino Adanero?

Un abrazo. Eva

Angel Adanero dijo...

Eva, por lo que he podido preguntar por casa no te puedo decir gran cosa. A nadie le suena el nombre de Balbino en la familia. Si pudiera preguntar a la gente más mayor me darían una respuesta más segura. Solo decirte que mi abuelo era originario de San Cristóbal de la Vega, un pueblo de Segovia cercano a la provincia de Ávila. Por esa zona, desde San Cristóbal hasta la provincia de Madrid, se que el apellido Adanero sin ser frecuente está bastante extendido. De hecho Adanero (el pueblo) está en esa zona.

Un saludo

Anónimo dijo...

Te dejo un enlace a la información de Balbino Adanero, que veo que efectivamente era de Avila también.
Gracias Adanero, por la respuesta es que ultimamente no creo en las casualidades y me llamó mucho la atención encontrarte en el blog.
Un abrazo,

http://www.memoriaylibertad.org/infopersonasfusiladas/Balbino%20Adanero%20Martin.htm

Si descubrieses alguna relación los familiares de Balbino están todos localizables a través de Memoriaylibertad.org.