04 enero 2007

Un drama invisible: Accidentes laborales


Ya van cinco. Dos en Valencia, uno en Asturias, uno en Alicante y uno en Madrid. Y eso en tres días. El año pasado fueron mil doscientos los muertos por accidentes de trabajo en España. Y nada. No ocurre nada. Casi como si no existieran. Sólo las familias interesadas parecen conocer el drama. ¿Por qué no aparece esta noticia en primera página? ¿Qué nos lleva a estar tan insensibilizados ante un asunto que va "in crescendo" y al que no se le da soluciones? ¿Es posible considerarse una sociedad desarrollada con una lacra como ésta? ¿Tan poco vale la vida de un trabajador?


En fin, es un tema que me enerva y no lo puedo evitar. Nos preocupamos con razón por el terrorismo, por los accidentes de tráfico, por los crímenes provocados por la violencia sexista, pero ¿Qué ocurre con los mil doscientos muertos en accidentes de trabajo?


Leyes antiterroristas, carnet por puntos, leyes contra la violencia de género. ¿Para cuando una ley que haga disminuir, y, si fuera posible, evitar los accidentes laborales? ¿Por qué se van de rositas los empresarios que no cumplen con la ley de seguridad laboral? ¿O acaso creemos que estos accidentes son un precio normal por conseguir un desarrollo económico adecuado?

¿Qué hacen los sindicatos para preservar lo más importante del trabajador: su vida? ¿No es éste un motivo para provocar, si no se ataja el problema, una huelga? ¿Por qué pasa este problema sin pena ni gloria en los medios de comunicación?


Pues aunque parezca mentira, todos mudos o casi. Eso sí, sentados en magníficos sillones y viendo caer obreros desde el andamio.

2 comentarios:

AF dijo...

No conocía su blog, señor Almazán, y me alegro de haberlo conocido. Me parece de perlas que no se deje usted llevar por la marea de la ruptura de tregua de ETA. Sin restarle a ese tema la importancia que tiene, usted aborda otros (este mismo) de primera magnitud.

Y ya sobre el tema, pues creo que lo que ocurre es básicamente lo mismo que lleva a este gobierno (y, no nos engañemos, a cualquier otro gobierno igualmente) a decir lisa y llanamente que no cree que vaya a ser posible dejar de fabricar bombas de racimo o minas antipersona.

Lo que ocurre es que las "realidades económicas" siempre están por encima de cuantos absolutos éticos se quieran acomodar en la hornacina de la Constitución.

O sea, el ladrillo es el ladrillo y manda mucho, de modo que los 1.200 o más trabajadores que estadísticamente toque que mueran este año que empieza, pues que se jodan.

SAlud

Curro Corrales dijo...

Coincido básicamente con la opinión expresada tanto por el bloggero como por el comentarista.

En efecto, la siniestralidad laboral es uno de los temas más vergonzosamente silenciados en la opinión pública. No entiendo cómo los sindicatos lo han convertido casi en retórica, ni cómo el Gobierno silva el "Only you" mirando hacia otro lado.

¿...Por qué no una campaña en la bloggosfera sobre este tema...? Puede ser un buen propósito para iniciar el año, ¿cómo lo véis?